Americana

Susana Oliveros Amaya

del 26 de enero al 16 febrero de 2022

Sala de Proyectos  


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Lo atemporal es protagonista. Podemos encontrar mil opciones, multitud de estilos y distribuciones personalizables. Pero la realidad, es que va mucho más lejos de esas tendencias temporales; se debe de favorecer la utilidad, flexibilidad, simpleza y practicidad. En relación a estas configuraciones, es importante entender cómo funcionan las diferentes circulaciones. El triángulo de trabajo debe mantenerse en una relación fluida y se deben evitar las circulaciones cruzadas cuando hay más de una persona trabajando. No existe el concepto de una poco atractiva sino una mal planeada o fabricada.  Para evitar problemas, la modulación debe ser una condición de diseño y ningún artefacto puede quedar mal aplicado. Los artefactos deben quedar ajustados dentro de un solo módulo, coincidiendo con la modulación. La iluminación incorporada es una solución integral y los elementos distanciados de modo que sea fácil su limpieza con aperturas lógicas. Amplitud, luminosidad y orden en un juego de luces y sombras, enriquecido con texturas rústicas y equilibradas. Una composición cálida, natural y acogedora.

Registro realizado por la Oficina de Comunicaciones y Gestión Cultural, Facultad de Artes y Humanidades, Universidad de los Andes.

AMERICANA

1.

Pareciera que cierta especie de capitalismo, nacido en la década de 1990, está fundado bajo una trilogía de estrategias dirigidas al consumidor. Estas son: obsolescencia programada, personalización en masa y la construcción por módulos.

Aunque esta forma de consumo cambió, mutó y se adaptó, hoy en día hay lugares donde se encuentran sus detritos. El Salvation Army y las Goodwill stores son ejemplos clásicos de grupos o entidades que intentan rescatar lo obsoleto, lo usado, lo personalizado y lo abandonado, pero todavía útil.

El consumo causa detrimento. Está estimado que un producto nuevo al salir de la tienda, justo después de que alguien paga su precio completo, pierde entre el 50 y 60 por ciento de su valor original.

En Bogotá existe un rescoldo del boom del consumo y del sueño americano. Una especie de pasado perpetuo se encuentra ubicado entre la calle cuarenta nueve y la calle cincuenta y pico. Modas perdidas y tendencias recicladas aparecen en vitrinas polvorientas. Allí, una serie de tiendas venden ropa importada pero USAda (nombre muy creativo).

Susana nació en Bogotá (1992) y vivió un tiempo en Rhode Island. Yo nunca he ido allá. Aunque a ella la imagino caminado al lado de una avenida de dos carriles, pensando en el obsoleto sueño americano. Pensando en cómo despersonalizar con destreza y modular en contravía una serie de objetos y cosas que ya nadie quiere.

2.

En 1890, Florentino Armeghino formuló la teoría del Hommus Pampeanus. Según la cual, América es la cuna de la humanidad. La teoría está bastante bien sostenida, sólo hace falta encontrar un hueso para que sea correcta.

No obstante, hay un tipo de Hommus y Feminus Americanus realmente autóctono. Los que cambiaron la caza y la recolección por el consumo. Los que evolucionaron hasta ser consumibles: cada dato, cada información, cada aspecto de su vida se volvió materia prima.

El arte de Susana pareciera ocuparse de los restos dejados por estos homínidos y homínidas. Uniendo a unos objetos con otros como si fueran modulares, los destruye. Mejor, ella los reconstruye mediante el uso de estuco, papel, plástilina foami, mármol impreso, papel contact imitación madera, piedra pomez, entre otros. Algunos de estos materiales, originalmente fueron diseñados para dotar de un falso lujo a objetos y superficies. Unos intentos fallidos de generar un halo de autenticidad, los cuales Susana altera a su antojo.

A primera vista las obras parecieran estar cargadas de cierto primitivismo. El cual hace pensar en qué hablar de un tipo de arqueología fantástica sería una gran idea. No obstante, sus esculturas están es simulando objetos reconocibles pero aparentes. Dejando a un lado el hiperrealismo, pero creando una falsa ilusión de utilidad.

3.

No sé si Susana sea una Feminus Americanus.

Nicolás Barrera