Protesta & Proxemia

una curaduría de Juan Sebastián Ramírez
con Otto Berchem, Luis Hernández Mellizo, Gabriel Mejía Abad, Víctor Muñoz, Juan Sebastián Peláez, Andrés Felipe Uribe

 

Protesta & Proxema una exposición teatral atravesada por el leitmotiv de la protesta, donde el aparato escenográfico lo constituyen las obras y la sala, los actores son esas presencias fantasmagóricas que proyectan la mayoría de las obras exhibidas, el director es el curador y el texto-guión lo tiene usted en sus manos.

Michael Fried en su texto de 1967 “Arte y Objetualidad”, criticaba el Arte Minimal, diciendo que “la sensibilidad literalista es teatral porque, para comenzar, le preocupan las circunstancias concretas en las que el espectador se encuentra con la obra literalista”. Su critica a lo que el denominaba la teatralidad del minimalismo se debe a que éste exploraba las relaciones implicadas ya no tanto al interior de una obra como entre ésta y su exterior. Es decir que consideraba que los “objetos específicos” de los artistas de minimalismo no eran autónomos sino que estaban mediados por la percepción físico-espacial (proxemia) de los espectadores frente a las obras, las cuales a su vez dependían de las relaciones espaciales que entablaban con el espacio expositivo.

Protestas existen de todos los tintes ideológicos posibles, todas conllevan un fin y una causa. Y son estos fines y causas a través de los cuales se establece una demanda de solidaridad a quienes son externos a la protesta, así esta solidaridad sea pasiva. Sin embargo la protesta escenificada en esta curaduría deliberadamente omite cualquier mención a un fin o una causa. Es una “protesta” que busca problematizar al espectador en tanto le impide establecer un vinculo ideológico con lo representado. Es en este sentido que la exposición experimenta con la noción de proxemia. Pero, con una proxemia que va más allá de la percepción mediada por la distancia física y más bien apela a una distancia emocional.

Así como en el Minimal, en esta exposición lo ideológico descansa precisamente en la teatralidad, en el dispositivo de vaciamiento, en la distancia que se le crea al espectador, es decir en la elaboración de un modo de interpelación y afectación del espectador particular. El reto que se plantea al espectador es el de enfrentarse a obras de arte que remiten a situaciones altamente ideologizadas – como la protesta – sin que su juicio esté mediado por el vinculo ideológico que éste pueda establecer con lo representado. Quedará en cada espectador cuestionarse qué tanto su filiación ideológica con algunas obras suele convertirse en un valor agregado, ajeno al juicio crítico puramente artístico de éstas.

Juan Sebastián Ramírez

 

 

octubre 7 a octubre 23, 2015
Sala de Proyectos, Universidad de los Andes