AQPI:De antemano gracias

Lina Useche y Felipe Moreno

del 10 al 31 de agosto 2022

Sala de Proyectos

AQPI:De antemano gracias 

jueves, 21 de julio de 2022 7:24 p. m.

viernes, 22 de julio de 2022 11:37 p. m. 

Positive. Positive thinking. Positive vibes. Positive feedback. Positive employees. Positive mind. Positive workflow. Positive relationships. 

Suculentas sobre las mesas. Manchas de tinta indeleble en la camisa. Libros apilados sin leer. El calendario de google está repleto de colores, uno por cada reunión o convocatoria. El celular junto al computador, una pantalla tras otra y los lentes blue-light blockers. Extensiones de Chrome. Gadgets para mejorar el workflow. Coffee breaks, drug breaks, chismes de pasillo. Pausas activas para evitar la mala postura. Lápices, reglas, pocillos personalizados, post-its, cunchos de café, cajas, cajas grandes, cajas con tapa, cajas transparentes, cajas de plástico, sillas de plástico, mesas de plástico imitación madera. Elementos inútiles, uno tras otro, como una puesta en escena. Un experimento controlado: la oficina, el cubo blanco. Creo que la oficina se complementa con el cubo blanco, artista con artista, oficinista con oficinista y también artista a oficinista del mismo modo en el sentido contrario. 

El espacio resulta inmaculado, por las exigencias que se permite. Todos defendemos las máscaras que nos ponemos al entrar allí. El artista, la especie más oficinista. Manifiesta un rostro amable, estoico si se quiere. «Nadie queda mal con nadie» dice. «No hay que quemar los puentes» se repite. El embodiment de la toxicidad positiva. El new age oficinista. Officeage. New office-age. 

Volviendo al espacio: el mise en place. Las sesiones de yoga, el stretching, el veganismo, el taoísmo performativos, hacer ejercicio para tener pensamientos positivos. 

Todos embriagados por el que hacer. La manualidad. ¿Será coincidencia que los ítems de papelería son consumidos por los oficinistas y los artistas? Claro venden los óleos al lado de  los clips o los AZ, indiscutible que no se confundan, que se compren maricadas que no se usan pero le dan ambientación a la mesa. Un espacio de contención donde la materia abunda inútilmente. Elementos automatizados como aquellos que solo se dedican al hacer. Click, click, se agrupan las acciones, los elementos, el archivo debajo del espacio entre el dedo y la parte izquierda del mouse. Adictos a la sobrecolección de elementos que se arruman en cajones, cuartos, espacios en penumbra, colecciones en el sótano del edificio, la galería de fotos. 

Del artista al oficinista hay un solo click. Un solo objeto indefinido con usos múltiples y definiciones variables. La materia abunda, como abunda el archivo basura en la RAM del computador. Memes, notas, correos, decisiones inútiles, fotos acumuladas compulsivamente. Una exhibición obscena de artefactos que satisfacen, tal vez, la mirada. Esa que todo lo quiere ver ocupado, esa que huye al vacío. 

Tal vez visiten este espacio pensando en los quehaceres de la oficina, de las actividades que no se han hecho, aunque bueno cada quien desperdicia su tiempo a su manera. 

Cordialmente, Lina Useche y Felipe Moreno. 

Registro realizado por la Oficina de Comunicaciones y Gestión Cultural, Facultad de Artes y Humanidades, Universidad de los Andes.