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ESPACIOS DE FICCIÓN
UNA CURADURÍA DE ANGÉLICA FAJARDO
Nicolás Barrera, Abraham Benjumea, Gabriel Garzón, Daniel Jiménez, David Latorre, Pablo
Lazala, Mariana Saldarriaga, Francia Villabona
Para concebir la noción de un cubo, el espectador debe tomar una posición en el espacio que encapsule en un mismo momento estar en la superficie, dentro de ella, fuera de ésta y así sucesivamente para lograr ver el cubo en perspectiva.
Pero, ¿qué sucede cuando no es el cubo lo que busca ser percibido, sino una obra que, por medio de lenguajes cuasigeométricos alude a realidades no siempre palpables y físicas?, ¿cómo se piensa entonces el espacio?

El siguiente proyecto surge a partir de unas reuniones informales entre dos artistas y yo en las que nos
preguntamos cómo se relacionan ciertas obras que ellos habían hecho pero que pertenecían a unos momentos distintos de su formación artística y a unas indagaciones personales. Jugando un poco a ser curadores comenzamos a ver relaciones de color, de método e incluso de tema. Sus obras mantenían como eje el remitirse o aferrarse a un lugar a partir de unas formas que, si bien no eran siempre exactas, simulaban ser precisas. Quisimos extender esta mirada un poco azarosa a algunas obras de otros artistas contemporáneos a nosotros que ya habíamos visto para seguir encontrando relaciones que no estaban dadas de antemano. Así pues, comenzó una intención propia y más rigurosa por ver, en otros artistas, procesos ligados a la construcción de espacios no concretos.

En esta propuesta se unen ocho artistas que presentan obras en las que la geometría parece estar favoreciendo un encuentro entre espectador y obra, pero al detener la mirada se entrevé una geometría más que todo de relaciones y no tanto de formas concretas. Los artistas no se valen de esta disciplina como una herramienta formal sino como una herramienta de pensamiento para crear relaciones de distinta índole. Quienes exponen obras tridimensionales aquí, presentan unos objetos que están desligados de sus convenciones asociadas a su cotidianidad. Y quienes lo hacen a partir de dibujos menos rigurosos en la precisión, conciben en sus obras un espacio artificial que remite a lugares de la realidad que tampoco están dictados por la forma. Los artistas que hacen parte de Espacios de ficción presentan obras con formas casi-precisas con el fin de construir relaciones entre la geometría y la realidad (que puede incluso no ser perceptible) y no como una simple solución formal.

Ya sea porque remiten a un juego, a una relación personal, a un pasatiempo, a una obsesión, o a un lugar, las obras expuestas aquí pertenecen todas a un espacio simbólico de formas no concretas. Las obras no están encerradas en sí mismas, no tienen un adentro y un afuera delimitado que se agote en un punto. Son obras que más bien utilizan lo tangible y lo permean con intenciones de color, intenciones poéticas o incluso de denuncia. Independientemente de la presencia del espectador en el espacio, las obras no tienen una dirección clara establecida.

Los objetos en su sentido más físico son reducidos aquí para dar paso a la construcción de un espacio imposible a nivel material. No hay objetos ni mucho menos formas absolutas. Las obras están demostrando entonces un espacio que yace más allá de lo tangible. Son obras que no acaban en sí mismas y que se proyectan en un espacio no sólo invisible sino también inconcebible a nivel meramente formal.

Angélica Fajardo

Mapa espacios de Ficción