DE: ________ PARA:__________
Marianna Velasco Zambrano
Del 4 al 29 de abril 2024
Sala de proyectos
Los regalos son una manifestación de afecto dirigido al otro. Se compran, se empacan, se marcan, se entregan. Se regalan en fechas especiales: en el cumpleaños, en navidad, en el grado, por el aniversario. Se tratan con cuidado y secretismo, por eso siempre vienen empacados. Hacer de algo un regalo es otorgarle a esa cosa un valor preciado. Sin embargo, lo más importante de los regalos es que, al entregarlos, no se espera nada a cambio. Los regalos desplazan el valor de lo económico y lo funcional.
Pensar en sí podemos acercanos a la tecnología como un regalo deja más preguntas que respuestas: ¿cómo se transforma algo en regalo?, ¿de quién y para quién es?, ¿qué suscita la acción de regalar?, ¿qué pasaría si la tecnología la hiciera gente que nos quiere?, ¿cómo recibirla? Pensaría que para acercanos a la tecnología como un regalo solo hay que cambiar nuestra disposición frente a esta. Así como con los regalos, solo el afecto hace de un objeto un regalo. El resto son objetos y ya. Habría que tener esa intención de afecto al momento de interactuar con la tecnología, justo en el momento en el que la punta del dedo oprime la tecla. Digo la punta del dedo porque es lo último que nos separa de la parte física de las cosas (del “Hardware”). En ese sentido, acercarse a la tecnología como un regalo no se trata de comprar un celular y dárselo a otra persona querida. Se trata de disponerse a ver la tecnología como nuestra manera de relacionarnos con el mundo. Se trata de entender que un fósforo, un computador, una herramienta de piedra, una cerámica y un instrumento tienen el mismo grado de tecnología. Se trata de entender que no existe algo como “el grado de tecnología. De saber escoger la belleza por sobre la eficiencia y la ganancia. De no esperar nada a cambio de la tecnología. De no usarla como un servicio, sino un objeto que nos hace compañía: algo con el mismo valor que un obsequio.
Tal vez este proyecto está compuesto de anhelos sobre un futuro ideal. Un futuro que entiende que no necesitamos más avances extraordinarios tecnológicos, sino aprender a usar lo que ya tenemos. Saber dónde poner el dedo es parte del afecto hacia la tecnología. Un click debería tener tanta importancia como el papel de regalo en el que se envuelve el objeto. ¿Por qué no tenemos el mismo detalle con algo que está tan presente en nuestras vidas? Los objetos dispuestos en esta sala son mi respuesta a esa pregunta del principio: ¿podemos acercarnos a la tecnología como un regalo? Y sin pensarlo, “De: _______ Para: ________” terminó siendo un regalo sin destinatario. Un regalo que habla de lo común, de lo hermoso, de lo propio, del olvido y el pensamiento, de lo corto, lo largo, lo eterno, lo efímero, de las posibilidades a futuro, de lo inútil, lo eficiente, y del afecto. O en otras palabras, de la tecnología.
Marianna Velasco